Peso
La
testosterona generalmente aumenta el apetito y el peso corporal. El
aumento en apetito puede deberse en parte a la reducción en niveles
séricos de leptina que ocurren en hombres transgénero tratados con
andrógenos1.
Aunque la testosterona tiende a disminuir la grasa corporal total2,
en un paciente individual la forma en la que ocurre cualquier
ganancia de peso depende de la dieta, ejercicio, y factores
genéticos. Debido a los efectos anabólicos de la testosterona, la
ganancia de masa muscular magra será más fácil de lo que era
previamente para hombres transgénero. Cantidades moderadas de
ejercicio producirán mayores ganancias en masa muscular y pueden
mejorar algunas de las consecuencias metabólicas adversas de la
testosterona.
Anecdóticamente,
algunos hombres transgénero reportan un mayor nivel de energía,
menor necesidad de sueño, y un mayor estado de alerta tras comenzar
el tratamiento con testosterona.
Resistencia a la insulina
Los
niveles elevados tanto de
andrógenos como de estrógenos estan asociados con una menor
sensibilidad a la insulina en mujeres. La elevación de los
esteroides sexuales durante la pubertad, durante el embarazo, e
incluso durante la fase lutéica del ciclo menstrual de las mujeres,
todas están asociadas con una menor tolerancia a la glucosa3.
Adicionalmente, en pacientes ambos
hombres y mujeres transgénero, se ha demostrado una sensibilidad a
la insulina disminuida después de que el tratamiento hormonal con
hormonas del sexo opuesto se administrara durante cuatro meses4.
Un estudio de mujeres no transgénero a las que se dio testosterona
exógena también demostró un desarrollo de resistencia a la
insulina incluso a corto plazo5.
En
hombres biológicos, los niveles anormalmente altos o
bajos de
testosterona están ambos asociados con resistencia a la insulina.
Así que unos niveles medios-normales de testosterona son el objetivo
del tratamiento androgénico en cualquier paciente. Sin embargo, el
tratamiento de la diabetes mellitus no dependiente de la insulina
(NIDDM) que aparece antes o después del tratamiento androgénico no
necesita el cese o incluso una disminución significante en la dosis
de tratamiento androgénico. (Los profesionales no considerarían la
privación de andrógenos como un tratamiento razonable para hombres
cisgénero).
Tratamiento de intolerancia a glucosa y diabetes
Aunque
los ensayos terapéuticos específicos para hombres transgénero que
desarrollan resistencia a la insulina no han sido publicados, la
experiencia con pacientes con SOP puede ser aplicable tanto porque el
SOP y los hombres trans tratados con andrógenos comparten
características fisiológicas comunes, como porque una gran
proporción de hombres trans pueden tener SOP preexistente. Entre las
mujeres con SOP, el 40% tienen intolerancia a la glucosa y el 10%
tienen NIDDM franca para la cuarta década6.
La metformina es el agente más ampliamente utilizado y estudiado
para tratar la resistencia a la insulina y la NIDDM en pacientes con
SOP, y puede ser una buena elección inicial para hombres trans con
intolerancia a la glucosa. Sin embargo, los efectos iniciales que
tiene la metformina en otros cambios patogénicos en el SOP pueden no
ocurrir (o ser deseados) en hombres transgénero. La metformina está
asociada con una disminución en andrógenos séricos y un incremento
en SHBG en pacientes con SOP, así como mejoras clínicas en el acné,
irregularidades menstruales, e infertilidad7.
Sin embargo, en los hombres trans los andrógenos exógenos no
disminurían con la metformina así que los cambios en morfología
ovárica y acné permanecerían probablemente inalterados.
Aunque
estudiadas menos extensivamente en pacientes con SOP, se ha mostrado
que las tiazolidinedionas mejoran las anormalidades metabólicas e
hiperandrogenimia8.
Sin embargo, estos fármacos son significantemente más costosos, han
sido utilizados menos tiempo en la práctica clínica, y al menos un
miembro de esta familia de fármacos (troglitazona) ha sido retirado
del mercado por hepatotoxicidad.
Incertidumbres
Sin
embargo, la testosterona puede que no tenga un efecto dañino en la
tolerancia a la glucosa. En contraste con las mujeres cisgénero, la
relación entre niveles de hormonas sexuales y sensibilidad a la
insulina está menos clara en hombres. Se han asociado niveles
menores de testosterona y niveles mayores de SHBG con la intolerancia
a la glucosa en hombres9.
Sin embargo, este efecto puede que no sea una asociación
independiente con los niveles de andrógenos, ya que una mayor
adiposidad de por sí está asociada con niveles menores de
testosterona y niveles mayores de SHBG en hombres10.
Además,
debe enfatizarse especialmente a pacientes con sobrepeso u obesidad
preexistente, que cualquier efecto negativo que la testosterona pueda
tener sobre el perfil metabólico sería probablemente eclipsado por
mejorías a través de la dieta y ejercicio. Con la NIDDM, SOP, y
obesidad, el control del peso mediante el ejercicio y dieta sigue
siendo un pilar del tratamiento.
Efectos tiroideos
La
testosterona puede disminuir los niveles de la globulina fijadora de
tiroxina (TBG), resultando en disminuciones de los niveles totales de
T4 e incrementos en absorción de resina T3 y T4. Sin embargo, a
pesar de estas alteraciones en niveles de laboratorio, no se dan
cambios en los niveles de hormona tiroidea libre y no ocurre
disfunción tiroidea clínica11.
Rendimiento atlético
Se
debe avisar a los deportistas de élite de que el tratamiento con
testosterona resultará muy probablimente en la descalificación para
la competición (al menos dentro de la categoría femenina). Los
andrógenos generalmente descalifican a los participantes incluso si
tienen una prescripción médica para su medicación. Aunque
recientemente algunos atletas transgénero han tenido éxito en su
intento de competir en su género post-transición. Sin embargo, los
hombres transgénero, si se les permite competir en deportes
masculinos puede que no permanezcan como competitivos. La
administración de andrógenos ciertamente incrementa la masa
muscular, especialmente con entrenamiento de fuerza. También
incrementa los niveles de hemoglobina, lo cual mejora el rendimiento
atlético. Sin embargo, cuando se compararon pacientes transgénero
tratados hormonalmente al año, la masa muscular media del grupo FTM
permaneció menor a la del grupo MTF, aunque la diferencia se había
estrechado considerablemente12.
Ademas, a menos que sean tratados antes del final de la pubertad y el
cierre de las fisis, los hombres transgénero permanecen con una
menor estatura y tienen menor masa ósea los hombres cisgénero, lo
cual es frecuentemente una desventaja competitiva.
Interacciones con fármacos
La
testosterona (como todos los esteroides sexuales) es metabolizada por
el sistema de enzimas citocromo P450 en el hígado (específicamente
CYP3A). Hay numerosos fármacos que aumentan o disminuyen la
actividad de esta enzima. Este cambio en actividad de P450 puede
causar niveles mayores o menores de esteroides sexuales así como de
otros fármacos metabolizados por este sistema.
- Inductores del citocromo P450 – Pueden causar niveles disminuidos de testosterona (y otros esteroides sexuales): el fenobarbital, la fenitoína, la rifampicina, y el alcohol son ejemplos.
- Inhibidores del citocromo P450 – Pueden causar niveles aumentados de testosterona: la nefazodona, la fluoxetina, la paroxetina, el itraconazol, el fluconazol, otros antifúngicos “-azol”, la cimetidina (que puede causar ginecomastia en hombres por este efecto), la claritromicina y otros antibióticos macrólidos, e inhibidores de proteasa.
Los
fármacos listados anteriormente son un pequeño
ejemplo de los fármacos que causan estos efectos, de forma que al
prescribir cualquier nuevo fármaco, se deben considerar siempre las
interacciones.
La
testosterona también puede alterar los efectos de ciertos fármacos:
Referencias:
1Elbers
J, et al. “Reversal of sex differences in serum leptin levels upon
cross sex hormone administration in transsexuals.” J Clin Endo
Metab. 82(10):3267-3270. 1997.
2Bhasin,
S. “Effects of testosterone administration on fat distribution,
insulin sensitivity, and atherosclerosis progression.” Clin
Infectious Disease. 37(S2):S142-9. 2003.
3Livingstone
C, and Collison M. “Sex steroids and insulin resistance.” Clin
Sci. 102:151-166. 2002.
4Polderman
K, et al. “Induction of insulin resistance by androgens and
estrogens.” J Clin Endo Metab. 79(1):265-71. 1994.
5Diamond
M, et al. “Effects of Methyltestosterone on Insulin Secretion and
Sensitivity In Women.” J Clin Endo Metab. 83(12):4420-4425.
1998.
6Ehrmann,
D. “Polycystic Ovary Syndrome.” NEJM. 352:1223-36. 2005.
7DeLeo
V, et al. “Insulin-lowering
agents in the management of polycystic ovary syndrome.” Endocr
Rev. 24(5):633-67. 2003.
8Livingstone
C, and Collison M. “Sex steroids and insulin resistance.” Clin
Sci. 102:151-166. 2002.
9Haffner
S. “Sex hormones, obesity, fat distribution, type 2 diabetes and
insulin resistance: epidemiological and clinical correlation.” Int
J Obes Relat Metab Disord. 24(Suppl 2):S56-8. 2000.
10Abate
N, et al. “Sex steroid hormones, upper body obesity, and insulin
resistance.” J Clin Endo Metab. 87(10):4522-4527.
2002.
11Delatestryl
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12Gooren
L, and Bunck C. “Transsexuals and competitive sports.” Eur J
Endocrinol. 151:425-429. 2004.
13Delatestryl
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http://www.delatestryl.com/prescribing_main.htm
14Delatestryl
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http://www.delatestryl.com/prescribing_main.htm
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